Te cuento algo cortito 4
Cuento 3-$2.37
Cuento 4 -Instito Animal.
Cuento 5-Aquel Saco de Plumas.

Mi hijo nació hace poco días, llegó a este mundo de una manera normal... Pero yo tenía que viajar, tenía tantos compromisos...!
Mi hijo aprendió a comer cuando menos lo esperaba, comenzó a hablar cuando yo no estaba...
¡¡¡Cómo creció mi hijo de rápido... cómo pasa el tiempo!!!
Mi hijo, a medida que crecía, me decía: -Papi, algún día seré como tú... ¿Cuándo regresas a casa, Papi?...-
- No lo sé hijo, pero cuando regrese jugaremos juntos... ya lo verás...-
Mi hijo cumplió 10 años hace poco días y me dijo... -¡Gracias papi por la pelota! ¿Quieres jugar conmigo?...-
-Hoy no hijito... tengo mucho que hacer...-
-Está bien papi, otro día será... te quiero mucho papi...- Se fue sonriendo, siempre en sus labios tenía la frase "YO QUIERO SER COMO TÚ, PAPI"...
-¿Cuándo regresas a casa Papi?... No lo sé hijo, pero cuando regrese jugaremos juntos... ya lo verás...-
Mi hijo ingresó a la universidad el otro día, todo un hombre....
-¡Hijito estoy orgulloso de ti, siéntate y hablemos un poco de ti...
-Hoy no Papi, tengo compromisos, por favor dame algo de dinero para visitar algunos amigos-
Ya me jubilé y mi hijo vive en otro lugar.. Hoy lo llamé, y... -¡Hola hijo, me gustaría verte!-...
-Me encantaría Padre, pero es que no tengo tiempo... tú sabes, mi trabajo, los niños... Pero gracias por llamarme, fue hermoso oír tu voz"...
Al colgar el teléfono me di cuenta que mi hijo... "ERA COMO YO".

Transformación
Un maestro de Detroit le pidió a Stevie Morris que lo ayudara a encontrar un ratoncito que se había escapado en el aula de clases.
El maestro apreciaba el hecho de que la naturaleza había dado a Stevie algo que ningún otro alumno tenía. La naturaleza le había dado a Stevie un notable par de oídos, para compensar la ceguera de sus ojos.
Pero ésta fué la primera ocasión en que Stevie sintió que se apreciaba la fineza de su oído.
Ahora, años después, dice que ese acto de 'aparente' desprecio por su condición de no vidente, fué el comienzo de una nueva vida.
Desde aquel entonces desarrolló su don del oído, hasta volverse, bajo el nombre artístico de Stevie Wonder, en uno de los grandes músicos populares de todos los tiempos.
Esta hstoria nos muestra como podemos ayudar a transformar la vida de una persona... y cómo ésa persona puede elegir cambiarse a sí misma

$2.37
El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que leía: "Cachorritos en venta". Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando: "¿Cuál es el precio de los perritos?" El dueño contestó: "Entre $30 y $50". El niñito metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas:"Sólo tengo $2.37... ¿puedo verlos?". El hombre sonrió y silbó. De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente atrás.
El niñito inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba. "¿Qué le pasa a ése perrito?", preguntó. El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida. El niñito se emocionó mucho y exclamó: "¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!". Y el hombre replicó: "No, tú no vas a comprar ese cachorro, si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo". Y el niñito se disgustó, y mirando directo a los ojos del hombre le dijo: "Yo no quiero que usted me lo regale. El vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré el precio completo. De hecho, le voy a dar mis $2.37 ahora y 50 centavos cada mes hasta que lo haya pagado completo". El hombre contestó: "Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. El nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos".
El niñito se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo: "Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda". El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y sus ojos se llenaron de lágrimas... sonrió y dijo: "Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú".
En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie por lo que eres, y te acepte y te ame incondicionalmente. Un verdadero amigo es aquél que llega cuando el resto del mundo se ha ido.

Instinto animal
Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta huía rápido y con miedo de la feroz predadora,
y la serpiente, al mismo tiempo, no desistía.
Huyó un día y la serpiente la seguia; dos días y la seguía. Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:
- ¿Puedo hacerte tres preguntas?
- No acostumbro a dar esta oportunidad a nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar -respondió la serpiente-
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
- No -dijo la serpiente-
- ¿Yo te hice algun mal?
- No -volvió a responder la serpiente-.
- Entonces... ¿por qué quieres acabar conmigo?
- Simplemente, porque no soporto verte brillar.
A veces te vas a encontrar con personas que van a tratar de quitarles el brillo. No se dejen opacar.

Aquel saco de plumas.
Había una vez un hombre que insulto granvemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus insultos a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo: "Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?", a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.
Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.
Al volver, el hombre sabio le dijo: "Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste. Porque cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón." 
Datos personales
Tomás Ginestet Traversa

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